Por fin hemos podido
disfrutar de ese último capítulo de la quinta temporada de The
Vampire Diaries. En resumidas cuentas, tras una temporada un poco
floja con una línea argumental sin sentido, el final ha sido
apoteósico.
Crónicas Vampiricas
lleva cinco años con nosotros y todos le tenemos ya un gran cariño.
La verdad es que las primeras cuatro temporadas han sido muy buenas,
hubo una racha que no paraba de subir de nivel cada capítulo era
mejor que el anterior y sabíamos que eso pararía en algún momento.
La salida de los
originales (dando lugar al spin-off) dio mucha pena pero estuvo bien
pensada, ya no podían estirar más esa parte de la historia y para
los que esperábamos algo entre Klaus y Caroline, tuvimos nuestro
momento en el capítulo 100, momento breve pero intenso, y después
de eso muchos esperábamos que Caroline se fuera con Klaus, pero no
ha sido así.

Hablemos de ese final
(SPOILER). Ya fuimos avisados de que habría muertes, pero ninguno
pensamos que todo comenzaría con la de Stefan, ya el penúltimo nos
dejó a todos descolocados pero como quedaba uno más, la esperanza
de su vuelta estaba ahí. Y volvió. Pero ¿cuál ha sido el precio?
Muchos murieron en este último capítulo y algunos consiguieron
volver. Un personaje muy querido vuelve a estar con nosotros, Alaric,
nuestras súplicas han sido escuchadas, ya desde que murió se pedía
su vuelta. Otra que esperábamos que volviera era Lexy pero no pudo
ser, eso sí vimos su redención por así decirlo.
Pero la vuelta de todos
tenía un precio, y he aquí la primera muerte definitiva, Bonnie
como ancla no podía sobrevivir, pero para el espectador eso no fue
impactante pues llevan capítulos haciéndonos ver que iba a morir.

Pase lo que pase,
esperemos que al menos haya una trama más equilibrada e interesante
en su vuelta en septiembre.
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